jueves, 14 de mayo de 2009

Nos vemos en Nürnberg


Me pregunto si podíamos considerar que la inmoralidad de dar altas dosis de estrógenos a niñas sin ningún control médico se trata de pura ignorancia, incompetencia o cortina de humo para tapar otros temas, difícilmente asumibles  desde una forma de apatía, indolencia, falta de conocimientos y de imaginación.


Las consecuencias de este vil intento de otra vez menoscabar la patria potestad, de puentear una vez más a los únicos que pueden opinar sobre estos temas -los profesionales de la medicina- son terribles. A bote pronto, podemos ver los efectos directos de la mala utilización de estos medicamentos, como son el cáncer de mama, el cáncer de ovario, el de útero ... 


Las consecuencias indirectas, entre otras, una invitación a no usar el preservativo, con el consiguiente aumento de enfermedades de trasmisión sexual, sida, gonorrea, sífilis...


Considerando la incidencia de todas estas consecuencias dentro de unos años, y el aumento del índice de mortalidad que seguramente estará relacionado con esto, me pregunto si no estamos ante una forma de genocidio diferido. 

Que no se nos olvide, porque seguro que el delito no habrá prescrito.