miércoles, 13 de febrero de 2013

Como no sabía sobre qué escribir.

Hoy de repente me ha dado por meterme en mi blog, en este blog al que últimamente no acudo con frecuencia. Tengo trece entradas, hoy un día trece de febrero. Eso para mí que soy pelín supersticioso es una bicha de muy mal fario.
Me pongo manos a la obra porque esto no puede quedar así y como no sé sobre que hablar, dejo que las cosas fluyan sin pensar. Escribir por escribir es como fantasear en una bañera mirando al techo.

Muchas veces he pensado el porqué de mi superstición. Soy una persona con formación científica que no debería creer en esas cosas y me he dado cuenta de que realmente no sé si creo o no, me he percatado que en lo de la superstición soy también agnóstico.

Puede que estos pequeños miedos y estos pequeños ritos sean un vínculo con esa niñez mágica que me niego a abandonar.

Como ya no me apetece escribir más, esto queda así.