viernes, 23 de enero de 2009

La trinchera


El otro día estaba cavando con pala y azada, intentando descubrir un manantial que aparentemente se había secado. 

Mientras realizaba esta penosa labor y para infundirme ánimos, empecé a pensar en los hombres que a principios del siglo pasado habían hecho lo mismo en Verdun o en Champagne.

En ese momento, mientras cavaba mi trinchera, me sentí muy solo. En estas circunstancias empecé a pensar para qué le podría servir una trinchera a un hombre que estaba solo, salvo para esconderse de sí mismo. 

Entonces cambié mi pensamiento por la imagen del fornido negro, compañero carcelario de Woody Allen en “Toma el dinero y corre”, que cantaba –Voy con mi novia, voy al Mississippi- y daba un golpe ¡zas! -en este caso con un tremendo mazo- una y otra vez. Así que me puse a canturrear esa canción, sintiéndome como un esclavo en una plantación de Georgia.

Pensando en la guerra, la soledad y la esclavitud, conseguí terminar mi trabajo.

Los caminos de la motivación son inescrutables.

4 comentarios:

ostra dijo...

Jamás se me habría ocurrido montarme una película mientras le doy a la brocha gorda.

Está claro que estoy en este mundo porque tiene que haber de todo.

Laati dijo...

D. Laslo,
Navegando por la red se descubren poetas espléndidos.
Usted ademas le saca rendimiento a la poesia.
Su santa ya puede estar contenta!

Laslo a Sotavento dijo...

Dª Laati:
Favor que Ud. me hace.
En este caso creo que le habré sacado mayor rendimiento a la presunta poesía, porque el manantial no sé si funcionará.

Dª Ostra:
Le sugiero piense en El Tormento y el Éxtasis mientras realiza su labor.
Y por favor no se lo tome literalmente.

García Francés dijo...

Coño, D. Laslo, qué calladito se lo tenía... sin decir ni pío y escribiendo tan ricamente sin invitar, pues sepa que aunque no invite vendré por aquí a darle la vara... Un abrazo muy grande, tanto como usted, amigo.


Papeles, seguridad social y matrimonio... ¿Quién da más?

Cuando era editor de El País dirigí equipos de periodistas gráficos de más de cuarenta miembros y supe encontrar en el mercado profesional algunos de los mejores reporteros de España. Jamás tuve un problema.

Sin embargo, toda mi experiencia en la selección de personal, aplicada a un casting de "tatas-cuidadoras" para mi mamá, no me ha servido de nada.

Cuando crees tener una "nurse-joya" apalabrada, el día de comenzar, no se presenta al trabajo ni contesta el teléfono. Otra, acude pero quiere acordar un horario que no era el comprometido y otra, consciente de tu necesidad, intenta negociarte doscientos euros más de lo acordado.

Para no hacerlo exhaustivo, el servicio es más mucho más difícil de sustituir que el ministro Solbes o la ministra Álvarez.

Una amiga de mi mamá, Maritina Lozano, que es muy bien y de Bilbao, me decía cuando continuaba soltero con 45 años: -"Alfredito, tú terminarás casándote con la criada". Quizás deba considerarlo seriamente.

Papeles, seguridad social y matrimonio... ¿Quién da más?